lunes, 20 de junio de 2016

LA EDUCACIÓN MODERNA RÓTTERDAM, RABELAIS Y MONTAIGNE

  • Erasmo de Rótterdam 


Aún tengo en la mente, cuando iba en cuarto básico y mi profesora jefe le gritó a un compañero de curso “¡burro!” por no aprenderse la coreografía que habíamos estado ensayando para presentar en un acto, también recuerdo cuando una profesora de religión le tiraba las orejas o le pegaba con los libros en la cabeza a mis compañeros porque no se quedaban callados, incluso recuerdo que hace no mucho tiempo, me aterraba entrar a la sala de matemáticas por el susto que me producía la profesora.

Estos hechos en particular traen a mi mente varios episodios más de esta índole. Dentro de lo que mas me sorprende es que recuerdo perfecto la sensación de angustia que me producían y que cuando estos hechos sucedieron, tenía alrededor de 9 o 10 años.

Desde la edad moderna, es muy importante ser una persona culta o letrada, es así como la educación toma un papel fundamental en este periodo de tiempo, cosa que fue heredada hasta nuestros días.

Sin embargo, la manera de enseñar en ese tiempo era muy primitiva y salvaje, puesto que se instruía a los niños bajo el lema de “la letra con sangre entra”, por lo que el mayor recurso que tenían los maestros para enseñar, eran los castigos físicos y sicológicos.

Realmente yo pensaba que todo esto ya había sido abolido, pero juntando mis recuerdos con la información respecto al tema me di cuenta que las cosas no son del todo así.

De esta manera llegue a un individuo correspondiente a la edad moderna que se dio cuenta del daño que se le hacía al niño si este era maltratado a la hora de aprender: Erasmo de Rótterdam.


“No sabemos cuál de las tres instituciones educativas en las que estuvo internado Erasmo fue la causante del profundo disgusto y rechazo que evidenció toda su vida contra la autoridad establecida (…) En alguna de ellas (o en las tres), Erasmo terminó de distanciarse emocionalmente y para siempre de todo lo que significara institucionalidad…”


Esto demuestra que, al igual que muchos niños Erasmo desarrolló una especie de fobia hacia el aprendizaje (como muchos niños hoy en día), no porque le disgustara aprender en sí, sino porque le desagradaba la manera en la que se hacía.

Por lo mismo cuando ya es un hombre con conocimientos suficientes, se encarga de buscar una manera de enseñar a los niños de manera que el aprender se les haga grato.


Erasmo, se burla de los maestros que usan las amenazas y castigos físicos con sus alumnos, decía que se debía tener una pedagogía más humana, sobre todo tomando en cuenta la corta edad del niño.

Por otra parte les recomendaba a los padres ser más prudentes, ya que los castigos físicos y verbales dañaban la salud de los niños por lo tanto era necesario no pegarles ni gritarles para que no se lastimara su salud y así poder mejorar la educación de los hijos, cosa muy coherente, ya que es obvio que un niño no va a aprender si está constantemente presionado y asustado.

Erasmo también consideraba que el ambiente de los colegios era sucio y ruidoso, y que era imposible que un alumno aprendiera en esas condiciones, él creía que las escuelas debían dirigir su educación a la conversación (no se refería a lo que ahora se entiende por conversar en clases, sino a la interacción alumno/maestro o alumno/alumno) y a los juegos, algo muy acertado porque hoy en día está comprobado que es más fácil aprender si se está entretenido o interesado, y a través de juegos es muy fácil interesar a un infante.

La idea era que el maestro alabara a sus alumnos cuando éstos dijeran algo correcto y los corrigiera cuando se equivocaran, de esa forma los habituaría a poner mayor atención y cuidado, atendiendo mejor al maestro cuando éste les hablara. También encontraba útil que se corrigiera a los niños con pequeños premios y penas. Otro acierto para Erasmo puesto que la psicología plantea que mediante refuerzos positivo y negativos los niños son capaces de diferenciar lo bueno de lo malo y de esta manera aprender, no solo sobre alguna materia, sino que también sobre cosas de la vida.

Creo que es imposible no resaltar el aporte a la educación que hizo Erasmo de Rótterdam porque a pesar de haber vivido en una época en la que la educación era muy arcaica, fue capaz de vislumbrar el verdadero problema que tenían los niños al aprender: el miedo a los castigos tanto físicos como sicológicos.

  • Francois Rabelais

Nación en Chinon Turena (Francia). Su fecha de nacimiento es incierta, ya que al inicio de su obra Pantagruel lo sitúa en 1483, otros en 1494 y 1495. Lo cierto es que nace en medio de situaciones históricas trascendentes, como el nacimiento de Martín Lutero. Mientras que el rey Carlos VIII invade Italia en 1494, iniciando un período de sesenta y cinco años de guerras, situación que se verá reflejada a lo largo de toda su obra.

Se ordenó de fraile franciscano en Fontenay-le-Comte, pero abandonó la orden porque le confiscaron sus libros de griego y regreso con los benedictinos. Ya ordenado sacerdote secular se inscribió en la Universidad de Montpellier, donde se graduó primero como licenciado en medicina después como doctor.

Considerado uno de los máximos escritores franceses del siglo XVI, Rabelais, aunque sin ninguna experiencia pedagógica, tiene el mérito de combatir de forma humorística y a veces grosera la educación libresca, formalista, pedante y memorista de su tiempo. Preconiza el estudio de las ciencias, no en los libros, sino en la naturaleza y los hechos, y acentúa el valor integral de la educación.

También, subraya ante todo la libertad individual y el entusiasmo por el conocimiento y la vida, expresando con vigor el humanismo renacentista. Su obra cumbre, en la que presenta sus ideas sobre la educación es Gargantúa y Pantagruel, está compuesta por cinco libros publicados entre 1531 y 1564. Pantagruel narra la vida del hijo de Gargantúa. El contenido versa sobre la sátira a las instituciones y costumbres francesas, en el que el gigante Gargantúa (hijo de Grandgousier y de Gargamelle) voraz pero de temperamento pacífico y bondadoso, recibe una educación que muestra las ventajas de la pedagogía racional de los humanistas sobre los métodos tradicionales de la Sorbona; en los episodios de la lucha contra el ambicioso Picrochole, se condenan las guerras de conquista y se exalta la prudencia, el pacifismo y el espíritu conciliador de Grandgousier.



  • Miguel De Montaigne.

Es evidente que montaigne estaba en profundo desacuerdo con la enseñanza y la metodología en uso en su época. dice al respecto:
“visitad un colegio a la hora de las clases, y no oiréis más que gritos de niños a quienes se martiriza; y no veréis más que maestros enloquecidos por la cólera. ¡buenos medios de avivar el deseo de saber en almas tímidas y tiernas, el guiarlas así con el rostro feroz y el látigo en la mano! quintiliano dice que tal autoridad imperiosa junto con los castigos, acarrea, andando el tiempo, consecuencias peligrosas. ¿cuánto mejor no sería ver la escuela sembrada de flores, que de trozos de mimbres ensangrentados? yo colocaría en ella los retratos de la alegría, el regocijo, flora y las gracias, como los colocó en la suya el filósofo speusipo. así se hermanaría la instrucción con el deleite; los alimentos saludables al niño deben dulcificarse, y los dañinos amargarse. es maravilla ver el celo que platón muestra en sus leyes en pro del deleite y la alegría, y cómo se detiene en hablar de sus carreras, juegos, canciones, saltos y danzas, de los cuales dice que la antigüedad concedió la dirección a los dioses mismos: apolo, las musas, y minerva; extiéndese en mil preceptos relativos a sus gimnasios; en la enseñanza de la gramática y la retórica se detiene muy poco, y la poesía no la ensalza ni recomienda sino por la música que la acompaña”. 
de estos sentimientos sobre el abuso de los castigos surge la máxima con que he titulado esta reseña: la dulce severidad es la contrapartida de la severa crueldad que se aplicaba en las escuelas de su época. la frase de montaigne significa un concepto moderno de enseñanza, donde la autonomía del aprendizaje es el logro del maestro sobre el niño revestido de dignidad, ese respeto irrenunciable hacia el educando y su humanidad. es interesante este concepto en montaigne, quien era no olvidemos un magistrado, un hombre acostumbrado en la época a dictar severos castidos, incluso la muerte por delitos menores y terribles castigos físicos a los condenados. sin embargo, montaigne no era de la misma clase que sus contemporáneos, era un filósofo y un educador adelantado a su tiempo, era un humanista que veía al ser humano desde una perspectiva diferente.

sus ensayos nacen de una pregunta que llegaría a ser su divisa vital: ¿qué se yo? y de esa frase surge la idea poderosa acerca que lo que sabemos tiene que trasmitirse a las nuevas generaciones, es decir enseñarse, y qué mejor que hacer que los saberes se inculquen desde la niñez, a través de la guía del maestro con la dulce severidad que nos recomienda montaigne.


ahora bien, ¿cómo un hombre de su tiempo y de sus males sociales puede abstraerse de las costumbres y convertirse en un verdadero humanista, en un adelantado acerca de los derechos humanos? seguramente su padre influyó en su espíritu, a través del conocimiento de los clásicos y el amor a los libros, así como el conocimiento directo de maestros que obedecían a los nuevos tiempos que vendrían para europa y el movimiento humanista que predominaría con fuerza en todo el renacimiento.


montaigne se preocupa de la observación del alumno y de la praxis en el aprender, rehusa lo que considera centrarse solamente en el verbalismo vacío (en términos modernos), descuidando los hechos, que son la base de la vida. es novedosa esta actitud, que lleva implícita una didáctica que se complementa con valores. recordemos que desde la época medieval primaba la repetición de los textos para aprender y el uso de métodos mnemotécnicos, que hacían más bien rígico el aprender. recordemos a bruno y sus laboriosas técnicas de memorización. en cambio, montaigne prefiere la práctica en el aprender.
"el discípulo no recitará tanto la lección como la practicará; la repetirá en sus acciones.
se verá si preside la prudencia en sus empresas; si hay bondad y justicia en su conducta; si hay juicio y gracia en su conversación, resistencia en sus enfermedades, modestia en sus juegos, templanza en sus hacerse, métodoen su economía o indiferencia en su paladar, ya se trate de comer carne o pescado, o de beber vino o agua.  el verdadero espejo de nuestro espíritu es el curso de nuestras vidas. zeuxidamo contestó a alguien que le preguntaba por qué los lacedemonios no escribían sus preceptos sobre la proeza, y una vez escritos por qué no los daban a leer a los jóvenes, que la razón era porque preferían mejor acostumbrarlos a los hechos que a las palabras.
comparad nuestro discípulo así formado, a los quince o dieciséis años; comparad le con uno de esos la tinajeros de colegio, que habrá empleado tanto tiempo como nuestro alumno en educarse, en aprender a hablar; solamente a hablar. el mundo no es más que pura charla, y cada hombre habla más bien más que menos de lo que debe. así la mitad del tiempo que vivimos se nos va en palabrería; se nos retiene cuatro o cinco años oyendo vocablos y enseñándonos a hilvanar los en cláusulas; cinco más para saber desarrollar una disertación median amente, y otros cinco para adornarla sutil y artísticamente. dejemos todas estas vanas retóricas a los que de ellas hacen profesión expresa".

una aplicación de la praxis como método de enseñanza y de buen aprendizaje nos relata montaigne de cómo aprendió el latín, evitándose el arduo trabajo que daba ese idioma en las escuelas, donde la gramática quitaba tanto tiempo que bajaba el nivel de aprendizaje de los estudiantes.

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