Makarenko y la educación totalmente comprometida y estaba sometido a dos objetivos
fundamentales que asigna a la educación la cual se asientan en dos pilares ejemplares:
Su confianza en la sociedad soviética.
Su fe en las posibilidades de la educación.
Con respecto al primer punto, Makarenko, ensalza la nueva situación de
su país, convencido de que la revolución de 1917 llevó a Rusia a la
cumbre de la historia y supuso el inicio de un
nuevo orden en las relaciones humanas y en la moral y de que la juventud rusa se convirtió en
un fenómeno mundial incomparable a cualquier otro, estaba pues orgulloso de ser ciudadano de la Unión Soviética, y como tal se
dedicó permanentemente al trabajo y la creación educativa. Orienta su pedagogía a la formación de hombres
capaces, a su vez, de ser también constructores activos del consumismo, considera que la educación es la expresión del credo político del pedagogo y que sus conocimientos no juegan más que un papel auxiliar, en consecuencia, la
pedagogía de Makarenko, no podía ser sino una pedagogía comunista. Deposita su confianza en el Comunismo,
que ve en él no sólo la panacea de todos
los problemas, sino el antídoto, planteándose su trabajo como una gran responsabilidad social, en la que no cabe
equivocarse, en la que hay que lograr el éxito y la precisión que una fábrica consigue en su producción porque si quien
produce hombres deficientes y dañinos
debe de avergonzarse grandemente, lamentándose incluso de que no existan en educación mecanismos de " control
de calidad” , para él la pedagogía es una obra social. Makarenko,
no acepta que la educación deba fundamentarse sobre las necesidades del niño y más bien, las necesidades en que debe ponerse
más énfasis es en las de la colectividad,
en las de la sociedad, las del país y el sentimiento del deber tiene que ir siempre ligado a ésas necesidades; opina además que el hombre se mueve según las leyes de la naturaleza y por consecuencia el papel de la educación consiste en: EDUCAR ésa naturaleza en función de esa sociedad, de tal manera que los
educadores soviéticos no son los servidores de la naturaleza sino los MAESTROS. Afirma que el culto a la ESPONTANEIDAD, no solo menosprecia el papel de la educación sino que es socialmente perjudicial y entonces, no queda otra
alternativa que abandonarlo; establece que a la
autodisciplina y a la auto organización, se le debe de
sustituir por una DISCIPLINA CONSCIENTE,
entendiendo por disciplina, no la inhibición de las acciones, sino que debe ser enfocada desde el punto de vista
soviético, debe inducir a vencer dificultades, debiendo ser disciplina de lucha y avance , de inspiración a algo y la
lucha por algo; cuyo objetivo está
expresado en el logro de las cualidades del carácter que definen a la personalidad comunista; exige además una
educación de la voluntad, capacidad absolutamente
necesaria para el progreso de la comuna y la sociedad ya que si el niño se habitúa a realizar sus deseos sin ponerles nunca
freno, nunca tendrá fuerza de
voluntad.
Menciona además, que se deben lograr otras cualidades como: la honestidad, la diligencia, la eficiencia, la
puntualidad, la capacidad de orientación, la subordinación y la capacidad de mando; estas dos últimas cualidades son
claramente comunistas
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